Papá 
Gracias a ti estoy aqui y mis pasos han seguido su sendero.
Veo tus ojos y mi corazón se llena de ternura que tal vez no ha sabido encontrar su cauce.
Pienso en el tiempo transcurrido y en los dias que quedaron atrás.
Nada de lo que hagamos podrá cambiar lo que las hojas que cayeron con el viento, se han llevado.
Sin embargo no quiero quedarme con las manos vacías de tu presencia porque es solo una vida la que tenemos para vivir.
Pero, donde estás? donde has estado todo este tiempo?
En lo profundo de mi ser siempre hubo desasosiego, incertidumbre, soledad.
Y buscaba en ti la respuesta a miles de preguntas que llegaban sin que fueran llamadas.
Tu presencia iluminaba mis cortos años con el orgullo de quien sabe que es poseedor de un tesoro. Y aunque esos encuentros no llenan un calendario, su huella permanece como parte de mi historia.
En ti mis Ángeles ven su reflejo: tu risa, tu forma de hablar, tu porte, tus rasgos.
Y al verlos a ellos no puedo dejar de mirarte a ti, PAPÁ.
Tal vez mis palabras no lleguen a ti en esta forma, ni si quiera entonadas en un canto, pero abriendo mi sentir al universo, puedo dejar un recuerdo que eternice los 12 de enero.
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