Hoy caiste nuevamente y mis brazos parecen no logran brindarte el consuelo que años atrás te proporcionaban.
Si la vida se arreglara tan facilmente como cuando solo tenía que lavar tu herida con agua abundante, darte un beso y tal vez, como recordatorio de mi amor poner una bandita protectora sobre el brazo o la pierna afectados... que fácil sería.
Pero hoy el tiempo ha pasado y los abrojos que te lastiman no son aquellos que se removìan tan facilmente en el ayer.
Sin embargo sé que todo aquello que fue sembrado te dará la fortaleza para ver siempre más allá del horizonte, por más sombrío que este parezca.
En tu sufrir yo estoy contigo y aunque no puedo mitigar tu dolor, lo tomo en mis brazos y lo hago mìo para con ello compartir tu angustia y a la vez transmitirte un poco de mi paz, de mi fe y confianza, esperando las hagas tuyas.
En tu sufrir yo estoy contigo y aunque no puedo mitigar tu dolor, lo tomo en mis brazos y lo hago mìo para con ello compartir tu angustia y a la vez transmitirte un poco de mi paz, de mi fe y confianza, esperando las hagas tuyas.
Desde aquí entre aromas de canela y manzana, hasta allá